sábado, 20 de octubre de 2012

Viviendo en La Utopía

Como Aurora ya explicó hace unos días en Sevilla existe un edificio que alberga  a treinta y seis familias que fueron machacadas por esta crisis y han encontrado un lugar donde vivir. Se llama Corrala la Utopía.

Ayer estuve dibujando en las casas de estos anónimos valientes.

Comparto algunas de las páginas del cuaderno. En mi blog hay algo más:

En cuanto llego al piso de Manoli me abraza una niña de unos siete años. Luego me pregunta: "Tú quien eres?"

Ella es Ainhoa. Vive con su abuela Manoli, su padre y su tío es ese piso.
Está haciendo las tareas del cole. No se la ve con muchas ganas porque mientras dibujo a su abuela me pregunta muchas cosas.

Utopía- AINHOA Y SU PADRE-2 piso

Manoli habla muchísimo "¿Qué episodio de mi vida quieres que te cuente?" Se nota que éste que está viviendo ahora, es uno de muchos.

Manoli compró un piso junto a su hija y el banco acabó sacandolo a subasta por impago. Se les acabó el trabajo y el dinero. Ellas a la calle. Manoli buscó abogados, gente que la pudiera ayudar y habló con los del 15 M.

"No se puede vivir con el miedo en el cuerpo. Todas las revoluciones han sido de la gente pobre. Somos más que ellos."

Vive rodeada de cajas de cartón y muebles que le han cedido unos y otros.

"Yo sé que este piso no es mío: No tengo papeles y en cualquier momento nos pueden echar de aquí, pero yo necesito un techo y un alquiler que poder pagar con mi pensión de 300 euros mensuales. Yo no pongo las cortinas en las ventanas hasta que no tenga los papeles en regla."

Viene una vecina y continúan hablando.

Utopía- MANOLI - 2 piso


Cuando entraron en La Corrala, muchas de las tuberías estaban picadas por los mismos albañiles que las hicieron. Las contratas no habían recibido el dinero cuando la inmobiliaria quebró. Ellos han hecho arreglos para poder vivir allí. Tuvieron luz durante quince días, luego se la cortaron. Con el agua pasó igual. El ayuntamiento después les puso una fuente en la calle de detrás para lavar la imagen, es de risa.


Me despido de Manoli y de la familia. Agradezco su hospitalidad. La felicito por cómo es.

Bajo la escalera y voy hacia la fuente. Una familia entera llena varias botellas de cinco litros allí. Me apetece dibujarlos pero me da vergüenza hacerlo. 

Son las ocho de la tarde y ya está oscuro.

En Sevilla trenta y seis familias viven la La Utopía.

6 comentarios:

Juan María dijo...

...es que es muy difícil dibujar cuando las cosas de verdad, de verdad de la buena, están ahí...pues lo has hecho

clara dijo...

Gracias por el testimonio. Se agradece tu disposición y tinta sensible para traernos realidades que se nos ocultan, o que no las vemos. La impotencia es muy difícil de dibujarla en el revés de un comentario. Un abrazo y ánimo a los utópicos.

Cris Urdiales dijo...

Hay que ver, Inma, cuando una cree que ya no te puedes superar, pasas a un nuevo nivel. Tremendo.

amparo dijo...

Reitero las gracias, Inma.

Rincón dijo...

Dibujo: 10
Testimonio: 10
Compromiso ético y social: 20
Saludos y viva la utopía.

celia burgos dijo...

Gracias Inma, por tener el corazón en tu pincel.