Cualquiera que haya caminado sobre cuerda floja que no hiciera honor a su nombre sabe de la tensión bajo la planta del pie. Quienquiera que subió en cable tendido conoce que cupo entonces, entre vértigo y vaivén, empujar ¡el cielo entero!
Y puesto que Goya fue de los nuestros, “hombre con alas”, así dejó resuelto el modo: primero obténgase el poder que luego, quieran los hados, esté el volar.
Proverbio o disparate ¡quemisió! Balanceo del juicio o mero aleteo humano.
Lo importante es vestir “gorropico”. Siempre y en todo momento, cual sombrero tinglit o sambenito, proverbial o disparatado atuendo, según nos dé por lo sacro o por el saco la nuestra alada condición.
Impertérrita la guisa ¡paseemos alamedas! Que barriendo con las alas libramos el campo de vuelo de tristes y descreídos ¡a mayor gloria, emplumada cofradía!