sábado, 27 de febrero de 2021

La necesidad del Cuaderno Derringer

 El pasado 1 de febrero Urumo hizo una bonita publicación sobre los cuadernos pequeños, que él denominó Derringer. En un capítulo de Los Simpsons, varios personajes desenfundan un derringer con la mala suerte de que las balas son tan poco potentes que ni matan, ni duelen. No sucede lo mismo con los cuadernos: puede que sean pequeños, pero son temiblemente matones.

Yo me hice con uno el pasado noviembre durante un curso en Santander. Tampoco era la primera vez, pero ya hacía algún tiempo que no tenía ninguno así, y es muy amable para no ir cargada de peso todos los días al trabajo.

Un apunte lento, rápido, todo tiene cabida en el cuaderno. Y el papel es tan malo que se arruga, es maravilloso.
































viernes, 26 de febrero de 2021

STEPHEN APPLEBY-BARR SKETCHBOOK

 


Tan sólo he encontrado esta imagen de los cuadernos de Stephen Appleby-Barr, pero me bastan para imaginar otras páginas. Se trata de un magnífico artista canadiense, profundo admirador de Velázquez, que está creando una obra tan virtuosa como inquietante.
Espero que la disfrutéis como se disfrutan, si ese es el verbo,
los relatos de Neil Gaiman;
por ejemplo.






lunes, 1 de febrero de 2021

CUADERNO DERRINGER, capítulo 1

 


Si dibujas poco, hazte con un Derringer. Un cuaderno pequeño, fácil de ocultar y desenfundar, rápido y capaz de retratar en un instante... al mismísimo Lincoln.
El mío es un calibre 22 (desplegado y por 15,5 cm. de altura) fabricado en Rua Nova do Almada, ideal para atentar contra la página en blanco y cometer grafismos impunes. No apto para exigentes del papel.


"De respeto" es un término náutico que forma parte de mis recuerdos familiares. Tuve un tío marino que guardaba siempre cosas "de respeto" y eran repuestos oportunos. Este cuaderno lo es por el modo en que lo compré en Oporto, sin necesitarlo, y por el tiempo que ha esperado, casi dos años. El resto es lo de siempre: cuanto menos apachusques cargues más fácil y rápido desenfundas y eso deviene en que dibujas más. En veinte minutos de Metro, por ejemplo. Con todos esos modelos ensimismados en sus móviles. Ensimismados. Curiosa palabra y contradictoria, por aquello de la conectividad sin límites...


Sí, tengo la suerte de estar a kilómetro y poco del puerto de Valencia. Ha sido nuestro circuito de paseo en cada fase de las autorizadas y se me iba la vista siempre a las mismas líneas, maderas, cubiertas y popas. Tengo debilidad por la "naonimia", que es término gallego y bien podríamos adoptarlo al castellano, de modo que determinados nombres de barcos, máxime si son hermosos, me pican la curiosidad. Draig y Mor no son los nombres de dos extranjeros simpáticos, ni el título de una serie de dibujos animados, es galés y significa "Dragón del Mar". Luego descubres que Youtube guarda vídeos de su botadura y hasta del periplo que lo trajo en 2019 desde Falmouth, en Cornualles, a Valencia. Yo, con estas cosas, acabo hablándoles a los barcos como a los amigos.



Nunca lo he visto sin el toldo. Mejor dicho, "la" he visto, que Finvola es, al parecer, un nombre céltico femenino más propio de Irlanda que de Rotterdam. Tiene pinta de barco vivido, nada parece azaroso en esa amalgama de aparejos y ahora, merced a nuestro Secretario, Don Antonio Maestro "Sagaz", sé que eso de arriba es el catadrióptico del radar o un reflector de esquina.


Cuaderno A6 Vasco de "A vida portuguesa" (viene sin goma de cierre), lápiz Palomino Blackwing, rotuladores calibrados Staedtler Pigment liner (0,2, 0,4 y 0,8) y acuarelas Scmincke 333 Karmin, 668 Umbra gebrannt, 3661 Sien gebrannt y 665 Sepia (o lo que queda de ellas, que ando rebañando el fondo de la caja de tabaco).

Publico esto, sobre todo por mi querida Fusy, que no frecuenta otras redes y siempre me anima su afectuoso aplauso.

Salud, bondad y belleza, De Vuelta con el Cuaderno.