
15 de noviembre. Ya somos cuatro y no cabemos en el coche. Llevamos de todo. No hay casi opción de estiramiento. Paramos en el viaducto de Millau. Un rato con la boca abierta. Foto y arreando. No da tiempo a dibujar. Paramos otra vez. Comemos bocata.
Los otros nos han adelantao por el camino. Los autos locos. Llegamos a
Clermont los últimos.
Encontramos el Polydom. A Josu, Omar, Víctor, Oscar, Lapin, Jorge, Piére... Vemos otras caras desconocidas. Saludos. Nos dan papelitos y otras cosas dentro de una carpeta azul con nuestro nombre.
Montamos el chiringuito como podemos.
Voy al hotel. Recepción cerrada. Hay un teléfono y me dan el código para conseguir la llave de mi habitación que está dentro de un sobre en una caja fuerte. Consigo acabar la gymkana y entrar al cuarto.
Cena en 1513. Me como una galette y bebo vino. Conozco gente nueva.
Mauricio, su señora, la mujer de Jorge, Arturo...
Ya empieza la feria.
El primer día por la mañana me enmarronan para una mesa redonda de dibujantes españoles con estudiantes franceses. No me libro de la escuela. Los chicos son muy educados. Da gusto. Por las caras que ponen no creo que entiendan mucho de lo que estamos diciendo. Me sorprende mucho que digan de que no tienen asignaturas de dibujo en las escuelas de Francia. Pensaba que los franceses eran más listos en este sentido pero veo que esto va de mal en peor. Me pregunto qué pensará Clara de todo esto. Imagino que lo mismo que yo...
Puedo contar que pasé mucho tiempo dentro de la feria (qué intenso!!!) pero que también hice algunos dibujos fuera para el despeje personal... aunque fueron bien pocos:
Tras ver el
dibujo de la Catedral que hizo Jorge Arranz no sé qué pensareis de mío. Lo cierto es que estábamos los dos juntos y no sé dónde veía él todo eso... Me debo de graduar las gafas otra vez... Yo no veía nada de nada.
Para no cansar, si quereis continuar el relato, está en
mi blog.