miércoles, 3 de noviembre de 2010

La Cala, cala


Suenan las campanillas en el jardín de La Cala y el tiempo se detiene mientras Carlos y Carolina, convertidos en pataduendes, nos recuerdan las cosas de aquí y de allá.

Después de saltar de la sala de exposiciones a la biblioteca, de la biblioteca a la cochera, de la cochera al jardín, del jardín a la cocina... me acerco al fuego, donde siempre se cocinan historias.

En un extremo del jardín, me capturan al vuelo con una caja mágica. Aquí está el documento.

3 comentarios:

clara dijo...

¡Que bueno y que bien todo!, ¡Que suerte nosotras que lo vivimos!.
Estás hecha una reportera. Nos vemos en otra¡¡¡

amparo dijo...

El retrato del fotero, soberbio.

zeta dijo...

Uma caixa mágica com bonitas imagens