lunes, 1 de noviembre de 2010
EL CIELO DE LOS GATOS
A mi Marifé la recogí con apenas un mes de vida en un pueblo perdido de Almería, Laroya. Vivimos juntas desde entonces, aguantandonos la mala leche la una a la otra. Ella nunca fué lo que se dice simpática con la gente. Su carácter arisco y cabroncete le limitó socialmente y los pocos que la quisimos un poquito la llevábamos con nosotros a todos lados. Después de seis años de una vida nómada pero creo que agradable, se ha ido para siempre al cielo de los gatos.
Ella no conoció varón. La capamos de chiquinina para que no se escapara. Posiblemente harta de estar siempre de acá para allá (...con lo poco que te gustaba viajar, gorda) ha preferido un sitio estable donde quedarse. Imagino que allí tendrá sofás blanditos para tirarse todo el santo día durmiendo y desperazarse de vez en cuando y un buen saco de pienso para ella solita. Además puede que encuantre su media naranja... algún macho salvaje que soporte su peculiar carácter.
Aquí os dejo algunos de los dibujos que le hice en nuestros tiempos muertos. Tantas horas juntas han dado para dibujar muchas hojas de cuaderno.
De verdad que he querido mucho a este bicho y la voy a echar de menos.
Hasta pronto Marifé.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Extraordinariamente inmortalizada en tus dibujos, siempre estará ahí. No creo que exista mejor cielo que te recuerden tan guapa y viva.
bonito recordatorio...
Publicar un comentario