domingo, 25 de mayo de 2014

Zaragoza-Madrid-Zaragoza

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Leo en el libro "Drucker Esencial" de Peter Drucker -del que acabo de empezar su lectura-, que cada pocos siglos, en la historia de Occidente se produce una súbita transformación. En el espacio de unas cuantas décadas, la sociedad se re-estructura así misma; cambia su visión del mundo, sus valores básicos, su estructura política y social, sus artes y sus instituciones básicas. Cincuenta años más tarde, hay un nuevo mundo y quienes nacen entonces no pueden siquiera imaginar el mundo en el que vivieron sus abuelos y en el que nacieron sus padres.
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Cada vez que voy a Madrid, que me la cruzo de punta a punta y que llego a Zaragoza a eso de las 5 de la tarde... alucino. Que cierto es lo que dice Drucker de que somos incapaces de imaginar el mundo que vivieron nuestros abuelos. Pero que cierto es también, que nuestros abuelos serían incapaces de imaginar el mundo en el que viven sus nietos. Daría lo que fuera por ver sus caras cuando les dijera que el otro día, a eso de las 15:45 comí una ensalada en Guadalajara, un platito de merluza con patatas y pimiento a la altura de Medinacelli, y un riquísimo postre entrando en la estación de Calatayud. Tremendo.
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Por lo demás, como siempre... Madrid, ciudad noble de edificios interesantes y gentes variadas, a la que me encanta ir de visita. Fui a una jornada del Instituto de Salud Carlos III, en donde se presentaba la Acción Estratégica en Salud 2014. En los dibujos, las ideas- fuerza del evento.
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Buena Cortesía

1 comentario:

clara dijo...

Te aprovechan tanto los viajes, como las comidas, como las lecturas, como los eventos, como los amigos, como los lugares... ¡Buen apetito!, ¡que te siga aprovechando así de bien!. Ah!, sácate billete al tren de los dibujantes...no te vayas a perder tanto bueno y con tan buena compañía ( y no va por Renfe)