...Donde ya expliqué mis motivos y materiales.
Seguí dibujando mis ocho metros veinte.
Buscando modos a pincel medio, yo que fui de rotuladores del 0,2...
Comprobando cómo las viejas cartulinas se decoloraban al sol de Levante
(véase la marca superior de la pinza).
Descubriendo cosas.
Adaptándome a cada lugar e incluso a la falta de motivos que me atrajesen.
Ocultando siempre las procesiones interiores, que para eso van por dentro,
aunque el cuaderno recuerde sin mostrar.
Homenajeando a los mayores, esos que construyeron lo que hoy disfrutamos.
En Ayora.
En el terruño.
"-¡Ah! El hijo de Conchi... Como en Mundaka en ningún sitio ¿verdad?
-...
-Bueeeno (señora)... el mundo es grande y hermoso."
Descubriendo y disfrutando en la Lamera bermeana obras de Néstor Basterretxea.
Aprovechando terrazas y salpicando el cuaderno con grasa de las mejores rabas.
Disfrutando del árabe beréber,
Betrokolo Gurugú,
Mundaka magrebí...
...del sirimiri, de más rabas...
...y de algún jardín secreto, que los hay, y el balcón de la cocina es testigo consentido.
He aprendido un poco de este apasionante grafito soluble.
También de procesos rápidos en que los modelos se dan a la fuga.
He comprobado que mi manera de estar en la playa,
de observar el cielo y permanecer alerta se debe a que
sigo esperando el avión con el firme propósito de que,
esta vez, no se me escape el balón de Nivea.
He visto damas como mi Amama y escuchado deseos de paz
en el viejo reino de Denia.
en el viejo reino de Denia.
Me han fascinado los verdes de la Posidonia fresca,
lacados, dorados, broncíneos, manchados de turquesa, blanco y pardo,
entre tanta queja por ¡lo sucio del agua!...
lacados, dorados, broncíneos, manchados de turquesa, blanco y pardo,
entre tanta queja por ¡lo sucio del agua!...
Y he sido agradecido, que es importante.
Feliz otoño dibujado.
Feliz otoño dibujado.