sábado, 16 de julio de 2022

La línea que nos une, 8 de julio

 Antes de llegar al Castiello de Jaca, me quedé un rato por Canfranc con los franceses. Esas montañas imponentes, sobre la llanura de la estación me invitaron a intentar un dibujo suelto, con poco detalle. Lo dejé en un punto así. En casa he pretendido precisar más y lo he arruinado. Es siempre un riesgo :(

El Castiello fue una delicia, la mejor forma de pasar las horas tórridas de mediodía. Un ambiente como de balneario natural, bajo ese poderoso acueducto, muy muy especial.

Más tarde, visita a la catedral de Jacaa, una preciosidad y, afuera, un hombre tocando el chelo, que me conmovió por su expresión y su actitud mientras tocaba. Una señora que lo escucha a menudo me dijo que lo habían visto actuar en la Plaza Roja de Moscú.









No hay comentarios: