No hace falta ser un lince para observar que uno de los efectos secundarios habituales de la práctica del dibujo urbano es el anormal incremento del deseo de ingerir cerveza, efecto éste que se ve multiplicado exponencialmente cuando esta práctica es colectiva (apuesto a que los que más nos echan de menos en Santo Domingo no son nuestros amigos dominicanos sino los de cerveza Presidente).
En Barcelona no somos inmunes a esta incumbencia y luchamos contra ella de la única forma posible: yendo a un centro de asistencia capaz de suministrarnos mercancía de calidad. Nuestro favorito es George & Dragon, que dispone de 20 grifos distintos (y que suelen ir cambiando) y de más de 100 cervezas embotelladas. Allí me he ido enterando de la existencia de las stout, IPA o Porter, y de que hay vida más allá de las pilsener.
Estos 2 dibujos los hice uno en abril y el otro en junio, uno casi exactamente frente al otro. Nosotros solemos ir al final de nuestra jornada dibujera y antes de que empiece el jaleo nocturno: esa es la razón de que el ambiente no se vea demasiado concurrido. Los pocos que estaban simplemente los omití.
3 comentarios:
Bienvenido al club!
Me apunto¡¡¡ Aunque yo al dibujo no estoy a vuestra altura en eso de los bares, a lo otro os puedo alcanzar.
Como siempre...una pasada de dibujos y de caligrafía
Gracias, José María y Clara. (Ya sabéis dónde vais a acabar si venís por aquí a dibujar con nosotros)
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