lunes, 3 de julio de 2023

“AZUL…

…La mañana es azul.” Segunda parte.


Enlace a la primera parte del cuaderno 



Mi sobrino Buck, un boyero de Berna, el único de la familia que entiende mi Arte...



Ayora desde la terraza de mi otro sobrino, José. Una maravilla de vista.



Ermita del Santo Ángel, lugar sagrado de los ayorinos.


 

Hacer esto, pararse a dibujar en compañía, es un acto de rebeldía ante el fragor que creamos y vivimos. Apoyarse en la pausada respiración de alguien afín, aun recién conocida, trazar al unísono, observar lo que a tu alrededor se ignora, escuchar, conversar, oler y llevar al papel el momento compartido es viajar o permanecer en la ingravidez y gentileza de aquel mundo que cantaba el trovador, sutil como pompa de jabón. No os hacéis idea del tráfago que nos rodeaba, ante el Mercado Central, en la II Trobada Urban Sketcher del Mediterrani. 

    Gracias por la foto José Vicente Ávila, con Mabel Sb.






Floren Turégano me capturó ahí, dentro de un estanque con el nivel bajo, buscando el puente para protegerme de la lluvia pero sin perder la curiosa vista que tenía delante…



 

Tomatito tocando el puente del Azud del Oro, Ciudad de las Artes y de las Ciencias, Valencia. 




Cautiverio clásico en la calle Sorní de Valencia.



Me dicen que no tan viejo.

Pat Southern-Pearce me invitó a ese grupo dominical. Es interesante dibujar así, un día después de leer:

 “El espejo es tentador, se goza en poner a nuestro alcance todo aquello a lo que damos la espalda: se complace en recordarnos que no estamos solos o que casi siempre hay quien nos sigue los pasos, en brindarnos la posibilidad de mirarlo permaneciendo inmóviles para sentir el paso liso del tiempo, su calor en la materia y su frío en la imagen hasta que semejante intimidad se transforma en emanaciones que danzan alrededor de un contenido repleto, a su vez, de imaginaciones y sorpresa.”

Pág. 41 de “Las agua del fantasma” de Eduardo Chamorro


 

Gelateria La Romana, esperas que dejan de serlo.



REVELACIÓN, exposición de Leonora Carrington en la Fundación Mapfre de Madrid.








Querida LEONORA: Me das cuenta de lo necesario que es sacarse de dentro todos los personajes que aquí habitan; revelación y liberación. Todos los barcos, flota etérea, hasta tu Piromanía me supo a aguas. Me interesó más la prendedora que el Corazón que se prendó, los habitantes de tu Oráculo antes que sus reflejos, toda tu tropa felina, la botánica de Gomorra, que se riega en lágrimas, y ¡esa granada! la misma que sujetaron las Vírgenes de Fra Angelico y Botticelli…

De la primitiva condición de Hermanos (cuando regresan, que no los tenías) a tu patibularia formulación de equivalencia entre masa y energía ¡jajajaja! También reí con nuestras lecturas compartidas, cincuenta años por medio, que, como dije a mi familia, somos de la misma tribu. Tenemos un pacto, Leonora, ante Mujeres de Conciencia, a ello voy.

 


Espiniqueta blanca y azul, Kalanchoe marmorata Baker.




La chica del Picasso tatuado. Charco de San Ginés, Lanzarote.



La tía Amparo Landete Sánchez, descanse en paz.



 

Procesión de la Virgen de los Desamparados.



Dos niñas hermanas con las que coincidí en la espera de la procesión, sentados en las escaleras de la Iglesia de San Martín.


 

Jugando con el Maestro Segrelles. Mi mesa retiene el tríptico de la magnífica exposición que nos ofreció el Casino de Agricultura de Valencia, con las ocho series de su obra para “The Illustrated London News”.




El albuferenc de Plácido, VALERIA, como su hija. Puerto del Saler, Albufera valenciana.


 

Allocasuarina verticillata o Roble caído. Recogida en el camino al Saler. Me recordó la cola de caballo, parece un equisetum sin serlo.



Paella con testosterona. ¿En qué momento la pusimos? ¿En el sofrito? ¿Con el garrofó?



Yo he viajado en globos con nombre de vino más allá de Orión. He bebido riojas en la puerta de Tannhäuser y os veo a todos brillar en la oscuridad…




Aeropuerto de Manises. Long John Panamá, qué tío más grande…


 

Dibujar para comprender. Molino de pozo, Costa Teguise, Lanzarote.




Asando sardinas, Zarauz, 1910. “Sorolla en negro” Fundación Bancaja, Valencia. Y estaban mis ancestros…




Retratos de Desamparados de Galindo y de Manuel Escrivá de Romaní y Quintana, Conde de Casal, 1907 y 1904 respectivamente. “Sorolla en negro” Fundación Bancaja, Valencia.

 



Primer concierto de mi sobrino Mateo con la Banda Juvenil de Benicalap, en el intercambio con la Societat Musical Poblats Marítims, la Resistencia cultural del Cabanyal.




Domingo Carles, Presidente de la Societat Musical Poblats Marítims dando el callo con sus jóvenes.

 


Más allá de parecidos, calidades y fruslerías, está la sorpresa para quien no se sabe tan observado, el reconocimiento desde una forma humilde de arte a otra, y la admiración de una generación mayor, la mía, por estos jóvenes capaces, capacitados, comprometidos y activos socialmente. Todo eso sucede en apenas dos páginas, en media hora de concierto, en un pequeño rincón mediterráneo de esta bendita tierra valenciana. Pero hay que estar ahí y saber verlo.

Héctor Tadeo de la Societat Musical Poblats Marítims.



Teníais razón muchachos: Cuatro ojos. Después de tantos años… Foto de @conbega

 


Casica de Chichiles, Ayora, la jardinera del muro.



Aprendiz siempre, hermosa escuela, Españolé, Marina de Valencia, España.



El acordeón con todo su collage que inserté en el cuaderno para reflejar el Encuentro de Urban Sketchers que sigue:







Magnífica jornada de encuentro de Urban Sketchers Castelló y València en Benicàssim dibujando algunas de sus imponentes villas en primera línea de playa.



Salud, Bondad y Belleza, De Vuelta con el Cuaderno.



1 comentario:

Esther Villa dijo...

Hacía ya unos cuantos días que no entraba en el blog.
Os sigo a algunos (a tí siempre) en alguna de las RRSS.
Es un contacto ése, más rápido, superficial, que a veces sólo quiere no perderse en soledades.
Tu publicación de este cuaderno azul, así completito, es una delicia que requiere otro ritmo. Hoy he conseguido el apropiado y me ha encantado disfrutarlo.
Gracias Alfredo, y también te agradezco que muestres en tu expresión artística la delicadeza con que tratas tu trabajo desde el principio hasta el final. Una gozada tu ritmo.