sábado, 16 de julio de 2022

La línea que nos une, 9, 10 y 11 de julio

 El día 9, algunos entusiastas nos levantamos a las 6 para dibujar el amanecer de Abay. Al llegar al sitio, aún quedaba rato hasta el orto, así que me giré y me gustaron más las luces rojas que empezaba a dar el alba mirando al poniente. Allí estaba David, en medio de la carretera, que hizo un dibujo sin color, vaya usted a saber porqué, pero, por qué no? Sin embargo a mí me quedó el gusanillo del efecto alba y en el último momento, justo antes de que apareciera el sol, pegué cuatro trazos mirando a Sofía ocupada en su amanecer.

Por la noche, Mila nos trajo a Toche y Ángel con su equipo y fue un rato delicioso y genuino. Nunca será suficiente el agradecimiento por regalos así, como nunca lo será por el trabajazo de Clara y su equipo en todo este proyecto, con la única compensación de vernos disfrutar, disfrutar con nosotros y aportar a la sociedad la ilusión con que nos asomamos al mundo. 

Después, más retratos (Yolanda, Marina2), alguna iglesia (Abay, Santa Cruz de Sers) y algún paisaje. A estas alturas soy consciente de lo poco que me he volcado en el impresionante entorno que nos acompañó todo el tiempo. Y es que para conectar con el paisaje necesito soledad. Por eso quizá ha sido más el paisaje humano mi tema en este encuentro. Estoy deseando recuperarlo ríos, montañas y pueblos a través de vuestra mirada, amigos.











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