Tienes la escena delante de tus narices, un día sí y otro también. Sin saber por qué, una noche de insomnio te sientas en el suelo de tu mirador y lo pones en papel. Sale solo... Mejor o peor que otros dibujos, este tiene una condición especial: ya estaba dibujado en tu cabeza.
2 comentarios:
Genial. Yo también quiero enmarañar mis trazos y que queden atados con esta fuerza y sensibilidad.
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