Mi primo Carlos es un hombre dulce y majo pero un poco histriónico. Con ese bigotazo que se ha puesto parece un Kaiser de principios del siglo pasado. Le retraté en mi ultimo viaje a Madrid con la balaustrda del Palacio Velázquez de fondo, para completar su intencionado aspecto historicista. Luego, en el restauante, le saqué una foto para comprbar el parecido objetivo.
1 comentario:
Brillante, como la calva
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