II CRONISTAS DE LAS DOS ORILLAS. TETUAN

Hace tiempo que no cuelgo nada en este blog y lo retomo después del viaje que hicimos a Tetuán. Hay viajes que no te dejan igual, eso que pomposamente se da en llamar “viajes iniciáticos”. Sí, cualquier viaje puede serlo y sobre todo con este grupo de amigos.

Este, entre otras emociones, me ha hecho recordar que a Tetuán, también a Tánger y a otros lugares del norte de Marruecos especialmente, fueron a parar una gran parte de los llamados moriscos de la Península, muchos de ellos en la última expulsión en masa a principios del S XVII. Por cierto, en esta última hornada, al parecer un tercio, eran paisanos míos, de Levante donde, entre otras cosas, tantas acequias dejaros y seguro que más de una alquería. Con uno de los habitantes de Tetuán con el que tuve la ocasión de cruzar algunas palabras, nos preguntó de donde veníamos y al decirle que de Andalucía añadió: “el paraíso perdido”. Aún queda memoria.

En estos sitios, obviamente por la diferencia cultural y alguna cosa más, te hace ver las cosas con un poco de perspectiva y en este caso percibí la vida de una manera más real, menos artificial que la que la vida a la que estamos acostumbrados.

También me llamó la atención, por algunos detalles que observé, una cierta tendencia a occidentalizarse, a copiar nuestras malas costumbres y no lo percibí como algo positivo, desde luego tienen muchas cosas que cambiar pero no imitando nuestra forma de vida y nuestras costumbres. Que nadie me pregunte cómo pero desde luego no de esta manera, globalizándose a estos niveles. No entiendo las suspicacias que despiertan las diferencias salvo por el uso interesado que se hace de ellas.