En Barcelona se ha generalizado, sobretodo entre los inmigrantes y los turistas, pasar la verbena en las playas de la ciudad. Los barceloneses, tras la recuperación del frente marítimo, se habían aficionado a celebrar la verbena en la playa pero ahora están desaparecidos, o al menos ayer parecía que los dibujantes eramos los únicos autóctonos que se habían acercado al mar. Hace años, la verbena tradicional de Sant Joan consistía en juntarse en las plazas y quemar muebles viejos en fascinantes hogueras. Hoy en día, los petardos, cual auténtica plaga, lo han invadido todo y las verbenas son un desmadre absoluto, una mezcla de pólvora y botellón. Después de dos dibujos, a medianoche, decidimos retirarnos a segunda línea para tomar un poco de coca y charlar con menos ruido.
Por cierto, la preciosa luna de ayer no apareció por aquí...
2 comentarios:
¡Qué bonitos!, últimamente pintáis hasta el aire. ¡Felicidades por ello!
Gracias Clara, realmente la noche animaba a dibujar cualquier cosa!
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