Llegamos a Oporto. No conociamos esta fantástica ciudad llena de contrastes, de decadencia y modernidad. Siempre con el Duero y su Ribeira y sus puentes, presentes. Hay que volver.
Comiendo bajo el parral de la Adega Ribatejo
Guerra de camareros preparando gintonic en The Gin House
Las dos últimas de Guimaraes
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3 comentarios:
Me encantam las de Guimarães. Las colores de la ultima és el norte de Portugal mesmo!
Y lo bordaste...¿nos veremos en Tánger?.
Esta vez no Clara, ya lo sentimos, pero el 1 de noviembre es fecha fuerte para el trabajo de Cristina y esta vez me toca acompañar a mí.
Seguiré vuestros posts.
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