domingo, 29 de noviembre de 2020

RETRATO DE UN CAMPO DE INTERNAMIENTO. GURS 1939-1944. Cuestionamiento, en domingo, del dibujo actual.




Ayer me acerqué al IAACC , o más conocido como el Museo Pablo Serrano  a ver una exposición Retrato de un campo de internamiento: Gurs 1939-1944.  dónde se han expuesto 78 de los casi 200 dibujos realizados por artistas que pasaron por el uno de los campos de internamiento más grandes de Francia como fue Gurs. Dibujos de artistas como: Julius Turner, Edith Auerbach, Karl Borg y Kurt Löw ... y de niños internados que escapándose de su miseria ponen su toque de color y magia a la dureza de las imágenes retratadas por los adultos.

Hace unos pocos años visité el campo en un día cálido y luminoso de verano, pero aún así podías imaginarte el horror de vivir allí cientos, miles de personas hacinadas y en condiciones infrahumanas. La humedad, siendo verano, se podía sentir. La visita se facilitaba gracias a unas pasarelas que te dirigían por el campo y te salvaban de las tierras fangosas que cuatro olvidadas gotas de lluvia ya hacían intransitables. Una imaginaba sin esfuerzo cómo se empantanaría aquello bajo la lluvia y el trajín de los presos.
Ayer por el frío (y mal iluminado) pasillo/sala de exposiciones, aún podía rememorar el silencio y ahogo que produce visitar Gurs siendo consciente de lo que fue. Si a esto sumas lo reflejado en los dibujos, lo que te hacen intuir la escasez de: alimento, libertad, momentos de paz, materiales, papeles,...El dibujo adquiere más fuerza y sentido y te cuestiona lo que actualmente dibujamos y cómo dibujamos.

 

Las acuarelas del campo donde sólo aparecen arquitecturas, paisaje, serenan el dibujo y te alejan de la dureza del momento.

 



En cuanto ejercicio sanatorio para los recluidos me parece de gran valor y sentido. El dibujo hace bello lo que no es, y por lo tanto alivia el ánimo.  Pero, no obstante vienen a ser la postal del Campo de Internamiento. Ejercicios vanos si pretendes denunciar o simplemente retratar el momento. Si tu dibujo va a ser crónica de la realidad presente. 

Al contrario de los dibujos que describen y narran el día a día. Escenas duras y parcas  vividas y contadas con el trazo duro, impotente del que retrata el momento. La figura humana en la arquitectura es la que dimensiona la realidad. En este caso la cruel realidad. Los retratos de los habitantes de ese olvido y condena te llegan al alma, más si piensas, nosotros que estamos habituados a dibujar no nos va a costar imaginarnos el momento, la mirada de retratado y retratista. Cada trazo como una caricia, un ánimo. Una huida y un rescate del uno al otro. 

Por otro lado están los dibujos que los recluidos regalaron a Elsbeth Kasser "El ángel de Gurs", donde encuentras dibujos realizados en el mismo penoso lugar pero como obsequios tienen brillo y delicadeza,  parecen gritar el agradecimiento eterno a la persona que les hizo más llevadero y más transitable el esperpento del internamiento. Aquí el dibujo tiene otra dimensión. Es objeto de alegría, agradecimiento. Obsequio, lo mejor que puede entregarle un dibujante a su ángel. Al fin y al cabo en el dibujo se desprende parte o mucho del artista y lo entregas con toda la bondad y gratitud al que te importa y te libera. Elsbeth Kasser, una de las cosas que hizo fue montar talleres de creación: de dibujo, de escritura, de canto...algo que nos debía hacer pensar lo liberador del arte y la creatividad, y no voy a meterme con su banalización en la educación actual porque hoy me acercaba aquí para hablar de otras cosas. 

El dibujo es un arma de autodefensa, denuncia y poder. Es un lujo, una suerte el ser dibujantes. Por eso casi apelo a la responsabilidad y a la concienciación de que nuestro dibujo tiene que ser útil para nosotros y quizá dando un paso más allá, para la sociedad. Debemos de ser cronistas, testigos de nuestros tiempos y sanadores de las dolencias actuales. 

Si os fijáis en las Postales, que ya están incluso trasnochadas,... ¿Quién manda postales en la era de internet?,... el espacio era aséptico, sin viandantes, o muy pocos. Una escenografía fría y atemporal.

¡No hagamos dibujo de postalitas!, comprometámonos con lo que dibujamos y sepamos ser útiles con el dibujo. 

3 comentarios:

Marisa Ortun dijo...

Siempre magnífica en tu estilo de provocar reflexión, dinamizar y dar sentido al dibujo (al arte en general). Gracias.
A mi siempre me han impresionado esos dibujos en circunstancias tan humanas y excepcionales. ¿Puedo publicar algo de lo que tengo ? Lo último son unos dibujos de Nuremberg.

clara dijo...

Por supuesto, aquí cabe todo lo que cabe en un cuaderno. Todo dibujo o sobre el dibujo.

inmaculada martin dijo...

tienes razón Clara, con nuestro estilo debemos reflejar lo que estamos viendo y el momento...