lunes, 3 de abril de 2017

APRENDIENDO CON JUAN VARELA


El muy especializado Reino de las Aves exige para entrar una acreditación de cualificación convalidada, visado de destreza y un certificado de zorzales.
No hay aduana para domingueros del papel como yo, pero no pierdo la esperanza: el Reino de las Aves tiene embajada en el valenciano palomar de la Plaza de la Virgen y hay un pato cónsul por cada estanque urbanita, del Parque de Cabecera al Jardín de los Viveros. Cursaré solicitud ¡nunca mejor dicho! que todo lo que es "en curso" se opone a lo inmediato, como una vida, como el Ebro...

Viene bien, pero que muy bien, que alguien te recuerde que en esto del dibujo no todo es parte blanda y capricho visceral de corazón, retina y pulpejo de los dedos. Viene bien, pero que muy bien, conocer la vía del hueso, los cartílagos de la veracidad, la dureza de la espera, la rígida decepción de lo fugaz y la absoluta necesidad de silencio.

No le fue dado conocer el Lenguaje de las Aves al último en llegar sino al rey Salomón y, aunque el Talmud base su proverbial sabiduría en ese don, quizá haya que recordar el camino inverso, lo que acontece tras el estudio y la dedicación. Y valga esto para ambos géneros que tanto Salomón como Belkis, la reina de Saba, usaron cada cual su propia abubilla, Yafur y Anfu respectivamente, para mandarse los más hermosos WhatsApps.

Así de saleroso me ha dejado el curso en la Alfranca, con Juan Varela. Deliciosa sensación nosabesnada y aquí, amiguito, no valen tus trucos gráficos. Dibujar y estudiar, preparase para saltar al soto, al cerro, a la buitrera o la albufera. Tampoco vale esconderse tras la óptica y, aunque un telescopio Swarovski es cosa maravillosa, se puede arrancar a simple vista y con un saco de alpiste o con unos viejos prismáticos de teatro. Pero hay que tener vocación, dedicación y voluntad.

Os paso mis apuntes del aula, citas, notas, reflexiones y referencias, por si os animáis. 





Y por si os desanimáis, mis prácticas de campo y ¡miel sobre hojuelas! (que no pájaros en la hierba): retraté un hongo del chopo creyéndolo un milvus migrans ¡jajajajaja!
¡Ya puedo esperar sentado la migrans del milano! Negro, negro lo tengo yo, pero ahora sé dónde hay luz. Como todo, es ponerse y moverse hacia ella.






Muy, pero que muy agradecido, Juan Varela.
Espacio Alfranca, abril de 2017.


10 comentarios:

ANTONIO MAESTRO MAGAZ dijo...

Ya lo sentí pero.... para otra. Anda que te has quedado descansadico y que buen trabajo Alfredo.... nos vemos en Mayo.

clara dijo...

Delicioso, objetivo y certero...¡como siempre!. No os hice mucho caso, y bien que lo siento, pero no andaba yo muy sobrada de nada.

esther dijo...

El primero, también, en compartir, en comprender, en animar a seguir aprendiendo.

ManuelLorés dijo...

Fantástiken!... muêrome de envidia kochina.

Grupo mixto dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Jose Luis Casero Echeverri dijo...

Como siempre, certero en tus comentarios cargado de arte y poesía. Gracias, Gabriel!!!

Juan Carlos dijo...

Qué bien aprovechado el curso!
Excelentes apuntes e inmejorable crónica de lo acontecido. Enhorabuena!
Saludos,

Inma Serrano dijo...

Estoy alucinando con tus palabras. Las leo y las releo... Y con tu cuaderno. Lo miro, lo remiro y lo vuelvo a mirar. Eres mucho!

Juan Varela Simó dijo...

Muchas, muchas gracias, por tu compañía e interés, y a todos los que participaron en el curso. Tus apuntes me los voy a tener que estudiar a fondo. El flamenco es de matrícula de honor.

PepaTorres dijo...

Que razón tienes como siempre que acertados tus comentarios. Pero como tú dices estamos en el camino y ya vemos la luz, un buena sacudida de vez en cuando viene muy bien, te coloca en el sitio y te espabila que dicen por aquí. Gracias por verlo tan claro, seguiremos adelante.