Aún no me he reconciliado con la caligrafía, más de un examen suspendido por <<ilegible>>, pero hago mis esfuerzos.
En la Biblioteca Nacional un par de exposiciones al respecto, donde descubres que las contraportadas de los cuadernos Rubio, aquellas de como colocar la mano correcta e incorrectamente, se inspiraban en fuentes más antiguas.
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