Hay que volver al día a día. Lo que más acompaña a una visita de médico en una sala cargada de gente, que te da cuenta de que tienes para rato, es el amigo cuaderno. Con las perspectivas de esperar una hora, como poco, no me importó la escasa distancia entre unos y otros y decidídamente ponerme a hacerme con ellos en mi cuaderno. Todos estaban a lo suyo, menos una niña que me descubrió, y a diferencia de otras veces, no tenía ninguna gana de hacerle partícipe de mi dibujar. Me pasé todo el rato evitando su mirada y tapando con mi pulgar su cara. Así que a la pobre no le dejé ver su imagen retratada en mi cuaderno...lo hice por su bien, porque la maltraté gráficamente, y quizá también de otro modo.
2 comentarios:
No me canso de ver tus dibujos. Sacas la vida de cualquier situación.
la niña que no se queje, que ha quedado bien maja!!
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