Cuanto más tardas en volver, más cuesta, pero todo llega.
No se por dónde empezar porque se me ha acumulado el trabajo. Así que voy a empezar por un muestreo del final de mi verano, que no lo he vivido como vacaciones, pero lo he vivido, que no es poco.
Mi último refugio siempre es Orés, donde suelo acudir en busca de descanso, paz y tranquilidad.
En este fin de verano ha sido lo mismo, lo único que lo he pillado en fiestas, y ya se sabe: Ni descanso, ni paz, ni tranquilidad. Eso sí, buen ambiente y amigos.
Los primeros siguen la tónica de mi cambio de registro, ritmo y técnica. El bolígrafo de cuatro colores ha sido mi descubrimiento. Tomando relajantes musculares y más mandangas, se acoplaba muy bien a ese ritmo lento e insistente. Los siguientes, más en mi línea, me enlazaban a un antes y un después. Y los nocturnos, me recordaban que todo seguía igual, ahí delante, para dibujarlo y disfrutarlo.
4 comentarios:
Qué alegría que estés por aquí. (En el blog y luego en el sur)
cuanto material variopinto!!
Hay que ir lentamente para saborear unas cuantas sutilezas que se asoman por ahí
Has entrado fuerte, esta temporada voy a intentar seguirte un poco más este año aunque no podre ser tan productiva. Gracias por tu ímpetu.
Trabalho com côr e muita vida!
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