sábado, 16 de julio de 2022

La línea que nos une, 6 de julio

 

Fue entrar en Oloron y empezar a oler a chocolate. Con razón alguien dijo que nunca mejor elegido el nombre del pueblo :)

La catedral es de esa belleza recia del gótico rústico. Una masa de piedra imponente que me abrumaba abordar en detalle, así que dejé que lápiz y pincel se desbocaran para acabarla cuanto antes. Podía haber evitado el árbol que tapa la portada, lo sé... A cambio retraté a Mila y a Luisa, apostada tras un pilón y aún hice un par de apuntes de las figuras de la portada que, por cierto, vi que Marina resolvía al completo.

El rio Oloron es magnífico. Me encantan estos tan bien encauzados en la ciudad y desde uno de sus puentes floreados hice un apunte a lápiz que no me atreví a colorear, después una miniatura de Clara y Marina dibujando desde el puente y, más tarde, junto a la la tienda de Lidt, a Marina y Mila también entregadas a su cuaderno. Unas casas medievales que encontramos al paso y, antes de partir, los retratos de Marta y Yolanda.

P.D. Algunos dibujos de estas páginas rellenan huecos, correspondiendo a fechas posteriores









 

2 comentarios:

Esther Villa dijo...

Muy bonitos, pero que mucho.

Anónimo dijo...

Gracias Esther!