... Y me encanta que así fuera
¡cuánto bueno se nos pega
en pasando por la Cueva*!
*Nombre coloquial con que los Ladrones de Cuadernos nos referimos al blog comunitario.
*Nombre coloquial con que los Ladrones de Cuadernos nos referimos al blog comunitario.
Dibujos del 20 y a la derecha el primero del 22 de noviembre, día de trenes, que no de autos.
El caso es que subí al metro cediéndole el paso a una chica con gorrito de lana, ya pensando en dibujarla, y ella eligió el banco más amplio y libre dejándome junto a una joven madre con una niña rubia. Saqué las armas y ambas siguieron el proceso con mucha atención. Descubrí que eran extranjeras y que la pequeña hablaba mejor castellano que su madre, que le gustaba dibujar y que nadie le había dicho hasta entonces que hay que llevar siempre cuaderno encima para poder hacer lo que veía en aquel momento y disfrutaba tan gozosamente.
La chica del gorrito de lana.
Acabado el dibujo, la niña se levantó y me dijo "Ahora a mí" y se sentó en el banco de enfrente, toda compuesta y sonriente. Otros pasajeros empezaron a seguir la escena, como su simpática madre, y de pronto aquel vagón del submundo se convirtió en un espacio de juegos, merced a la maravillosa energía de la niña de las coletas.
¡Qué responsabilidad! Toda esa inocencia mirándome de frente... "¿Cómo se llama la niña?" pregunto a la madre. "Lukne, L, U, Ka europea, Napoli, España..." son lituanas. Entra una mujer que se sienta entre la madre y yo y veo de reojo que saca ¡otro cuaderno del bolso y se pone a dibujar!...
El cuaderno de Lara Lazzari en el que aparezco diestro al dibujarme por reflejo en la ventana.
La madre de Lukne le hace fotos a mi dibujo, me da las gracias y se bajan divertidas, dos preciosas luces bálticas, y entonces conozco a Lara Lazzari, pintora italiana en su aventura valenciana, y me muestra sus murales en el móvil y se interesa por los que dibujamos en los trenes en vez de abocarnos y abobarnos al móvil...
Supe después por su crónica en Facebook que llegó a saltarse una parada por conversar y dibujar. Y aun sin venerable barba blanca, ni ese porte entre Baroja y Unamuno que luce nuestro querido Joshemari Larrañaga, me pasó como a él lo humano, pequeño y hermoso, lo inesperado en un vagón de encuentro, puro ahora, puro presente; y me alegré, una vez más, de ser como él, un simple Ladrón de Cuadernos.
Y comoquiera que me inicié de cuadernista a perpetuidad en este mi otro querido blog, vengo y os lo cuento, Devuelteños y Devuelteñas.
Un abrazo.
6 comentarios:
Te lo agradecemos. No sé te ocurra nunca ni olvidarnos, y menos abandonarnos. Necesitamos tu sabiduría y maestría. Hermosa historia y hermoso dibujo.
Como dijo nuestra portuguesa del alma en un momento de Compostela Ilustrada 2018:
"De Vuelta con el Cuaderno, la casa madre" Ana Luisa Frazão.
Un abrazo enorme, Clara.
Qué bien lo cuentas y qué bien lo dibujas!!!!
Gracias Meli ¡un abrazo!
Me has alegrado la mañana, que está tristona, porque el dibujo y el relato ¡son luminosos!
A mí saberte, como siempre que publico aquí, que es mi medio para con mi querida Fusy.
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