Edgar Rice Burroughs (1875–1950) es
más conocido en España por ser el creador de Tarzán que por sus novelas
fantásticas. Quizá por eso apenas prestamos atención a la película que, en
2012, trajo a nuestras pantallas una parte de su serie más famosa en Estados
Unidos (capaz de inspirar a Arthur C. Clarke y al mismísimo Ray Bradbury) y que
fue publicada por capítulos exactamente 100 años antes, en 1912. Y es otra
película con cuaderno…
El sobrino del protagonista, en
la película un joven Edgar Rice Burroughs, lo recibe como legajo y legado de su
tío…
Sólidamente encuadernado en piel,
con cierre metálico, grueso y lleno de recortes asomando por sus costillas, el
cuaderno promete.
Pero sólo vuelve a aparecer casi
al final, en la isla de Orkney, durante ¡cómo no! una excavación arqueológica.
Lo justo para ver cómo el
protagonista, John Carter, dibuja en él…
…el perfil de una princesa de
Marte, de Barsoom, Dejah Thoris de Helium.
¡Qué pena no poder verle las
páginas! El cuaderno de John Carter of Mars, el mismo que se despide diciendo: Busca
una causa, enamórate, escribe un libro…
(Dedicado a todos aquellos que anoche decidieron escaparse del Debate yéndose a Marte o a quienes, como yo, no viven en la Tierra sino en Jasoom, el cuarto planeta)
9 comentarios:
buena captura. Gracias
Gracias por tus sugerencias, que muchas veces compartimos. A veces también tengo la sensación de vivir en Marte, cosa que me parece muy sana.
Vamos a comparar ningún debate que no fuera de cuadernos o colores con una entrada como esta.....
Amigo, sin saber de quien era ¿te crees que aposté que era una tuya?
Apuesta ganada ;-)
Molas
Jajajaja, es el frikismo, que no conoce fronteras en nuestro sistema solar. Un abrazo a las tres.
MOTIVADOR COMO SIEMPRE NUESTRO AMIGO URUMO!!! GRANDE!!!
¡Qué alegría leerte, Josu! Creo que de las tres sugerencias de John Carter sólo te falta el libro...O quizá no. Un abrazo, lagun
Anais, cuando ví la entrada supuse que era de Urumo, pero...podía ser de la friki de Cristina Urdiales, que tanto me la recordó el perfil de la princesa, no por guardar algún parecido con ella sino por el tipo de dibujo. ¡cómo nos conocemos ya!
Yo preferí dormirme el dabate y soñar que dibujaba. Gracias por la la nota, siempre sugerente el lobo.
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