De vuelta de "de vuelta con el cuaderno"

Cae la tarde del domingo, y mientras el tren sobrevuela los páramos castellanos se va adueñando de mí una nostalgia incontenible... el vagón semivacío estimula la evocación de tantas sensaciones experimentadas en los tres intensos días anteriores. Entonces abro la mochila y extraigo de ella el maravilloso cuaderno elaborado por Choni, y lo despliego ante la mirada atónita del pasajero del otro lado del pasillo.

Mientras el sopor va cerrando mis ojos, van desfilando ante mí edificios recién visitados entremezclados con los rostros de los nuevos amigos de los que tanto he aprendido...

Cuando las magistrales palabras de Jorge, Marta, José María, Isidro, Mónica y Alfredo que tan claramente recordaba empiezan a oírse en mi cerebro distorsionadas por el sonido de las aspas de unos helicópteros de juguete resonando en una cavidad onírica, caigo en un profundo sueño del que sólo me despierta la melodía de un móvil sonando unas filas más adelante.

Miro por la ventanilla y el paisaje de suaves colinas cubiertas de olivos y algarrobos me anuncian que estoy llegando a Málaga. Me están entrando unas ganas terribles de ir a dibujar patos, ya me entendéis... Espero que volvamos a coincidir pronto. ¡Gracias por todo!