A pesar de todo, siempre es confortante darse una vuelta por los restos de huerta que quedan en los alrededores de Valencia.
Entre huertos yermos, alquerías abandonadas o semiabandonadas, convertidas en almacenes de lo más variopinto, , todavía tuvimos la suerte de que un martín pescador nos alegrase la mañana con su colorido y sus vuelos sobre el lago de la Rambleta
2 comentarios:
Que calorcito luminoso nos acercáis desde Valencia. ¡Muy bueno!.
Desde luego, por sol no será. Eso sí, agua ni una gota.
Publicar un comentario