Con perdón, el artista que acompaña estas líneas es el autor de la canción del verano. No lo duden.
Por desgracia ha pasado a mejor vida, pero escogió mi terraza para pasar sus últimos momentos. Se ignoran las circunstancias en que se produjo el triste suceso. Sin embargo, la noticia alimentó mi enfermiza tendencia a investigar asuntos sin utilidad práctica, y así descubrí que los distintos cantos de las cigarras que oímos habitualmente no proceden de una misma especie -como yo creía- sino de dos especies distintas, dependiendo si el canto es continuo o discontinuo.
Pinchen, pinchen los enlaces y disfruten de la canción del verano.
Descanse en paz, amiga cigarra. La hormiga volvió a ganarle la partida.
Al menos pude rendirle este humilde homenaje en mi cuaderno.
3 comentarios:
Desacharrante entrada. Mancantao :)
Por estas tierras también ha sido la canción del verano, pero no tan bien pintadas como en tu cuaderno
Si, aquí, tenemos la famosa MOSCA NEGRA, entre esa especie y el mejillón cebra lo tenemos toito copao. ¡¡ Achisssssss¡¡
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