Como siempre, mi tren llega con retraso... a veces se avería y a veces se pasa la parada o se queda dormido en la estación, se pierde por los montes y se baña en las aguas rápidas, sueña que no tiene que volver, pero siempre acaba despertándose para darse cuenta de que llega tarde... otra vez.
Siento la calidad de las imágenes y la torpeza del dibujo. Cuando veo lo que otra gente hace y de lo que yo no puedo alcanzar me entran las fiebres amarillas de la envidia muy poco sana. Pese a todo, dibujar sigue, a día de hoy, disipando todos mis demonios.
Nos vemos en la próxima fiebre cuadernística.
4 comentarios:
En el canfranero no paraste ni un minuto de dibujar, uno de los cuadernos que más recuerdo es el tuyo, fantástico. Lo muy perfecto, lo muy correcto, no emociona.....lo diferente siempre destaca. Ana
A mí me parecen muy expresivos, alma de poeta.
Coincido con Ana y con Clara. Tus dibujos me parecen tan poéticos como el texto que los acompaña.
Me gusta el alma que les pones y que, aunque digas que te desanimas, nunca dejas de dibujar, siempre das pasos hacia adelante cuando crees que retrocedes MortY.
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