El MuVIM valenciano ofrece desde el 25 de abril y hasta el 1 de julio una magnífica exposición que contiene las 55 xilografías que el maestro Hiroshige Utagawa (seudónimo de Tokutarô Andô) realizó para ilustrar la ruta Tôkai-dô, entre Edo (la actual Tokio) y Keishi (Kioto), la capital imperial. Esta ruta, que él recorrió en 1832, forma ya parte de la historia del arte universal por esta serie de ukiyo-e ("imágenes del mundo flotante") y, en concreto, del género llamado fûkei-a ("grabados paisajísticos").
He visitado en tres ocasiones la exposición, dos de ellas dibujando, y aquí os muestro las paginas que he compuesto en mi cuaderno con motivos seleccionados de uno y otro grabado, movido siempre por mis gustos y apetencias en captar determinadas figuras, plantas, árboles, animales, rocas, barcos, grafías y sellos japoneses.
He aprendido muchísimo, más si cabe al dibujar copiando con pluma y acuarela aquello que fue abocetado, trazado sobre madera, tallado, entintado e impreso.
Admiro más, sin lugar a dudas, tanto a Hiroshige como a cuantos participaron en el proceso de estampación y se me ocurre invitaros a hacer lo mismo, a dibujar en los museos, con las palabras de mi admirado Jorge Arranz en su web, las que articulan la presentación de sus talleres en el Museo Thyssen Bornemiza:
“La contemplación directa del original como obra única es insistituible.
Copiando aprendemos a mirar y mirando, descubrimos y comprendemos. No es lo mismo mirar un cuadro que observarlo con un lápiz en la mano. Cuando dibujas se te ilumina la visión, el objeto se percibe con mayor intensidad, lo que te permite saltar de la apariencia a la esencia. Para esto no se necesita dominar ninguna técnica, ni tener un don especial, ni destreza en el manejo del lápiz, sino simplemente tener una disposición mental, una actitud que nos permita agrandar nuestra visión y liberar nuestra mano.”
10 comentarios:
Gran i fructuosa disciplina,muy interesante.
Todo escritor es un explorador. Cada paso lo adentra en territorio desconocido. Ralph Waldo Emerson.
Tanto los escritores como los dibujantes.... somos una especie de exploradores que partiendo de un papel en blanco vamos ganando terreno a cada trazo que generamos; observando, explorando y anotando.
Fantástico como siempre.
Abrazo
Dime con quien andas y ¡joer, qué lujo!...
¡Un abrazo!
Dibujo con frecuencia en los museos. Veo mucho más placentero pasar lo tridimensional al plano; pero también los pequeños detalles de las pinturas. Dibujar es escudriñar, revolver trastos en la buhardilla y encontrar tesoros. Ya te habrás dado cuenta que estos cuadernos cuadrados se rompen por el lomo y que cuantos menos materiales más rápido. Un saludo
Fenomenal ¡¡¡¡ cuando vengas por Zaragoza te llevo al permanente que hay de la época EDO en el provincial , una joya.
Totalmente de acuerdo José María ¡un saludo!
Buen plan, Antonio ¡gracias!
Sólo un sabio nos podía brindar tanta belleza y reflexión.
Solía dibujar en en los museos estos meses atrás,he dejado de hacerlo últimamente ocupada en otras cosas, también es verdad que suelo hacerlo más en invierno, es una oportunidad perfecta para aunar las dos cosas. También es verdad que aquello que observas y dibujar difícilmente olvidas. Un placer como siempre ver y compartirlo.
Alfredo, te escribo aquí, porque veo tus trabajos en un solo post y me resulta más fácil comentarlos. Ni qué decir, que son fenomenales y un arte para admirarlo. El arte japonés es algo que siempre me ha emocionado.
Estoy totalmente de acuerdo contigo que cuando se visita un museo, especialente si eres un admirador del autor, es muy bueno dibujar delante de "su" obra. Hace mucho tiempo que lo practico y de das cuenta del ambiente que le rodeaba al autor y de sus pensamientos...
Felicidades y un fuerte abrazo.
¡Gracias mañas! Y eskerrik asko Joshemari.
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