De guardas, fundas y cubiertas cuaderneras

Jose María publicó anteayer en Dextrangis una breve entrada con jugoso título y la siguiente foto...

Tengo debilidad por estos cueros, a ser posible reciclados, y cuando hay tiempo envuelvo en ellos mis cuadernos o los busco para mis hijos. Como dijo Mikel en la Escuela de Zaragoza, hay algo de los Goonies en ello, de juego del tesoro, de libro misterioso, de vetusta bitácora o viejo grimorio.

Y, por lo visto, alguno de los GRANDES también tuvo ese afán...

"Después de volver a pintar en la localidad bretona de Pont-Aven, en el verano de 1894, Gauguin encontró su actividad restringida por la fractura de una pierna durante una  pelea. Así, en lugar de estar ante el caballete, Gauguin se vio obligado a pasar gran parte de su tiempo sentado, dedicado a la creación de obras sobre papel que debió guardar en esta cartera hecha a mano. Decoró el interior con motivos inspirados en el pintoresco entorno del momento y escribió una dedicatoria heroico-burlesca al posadero local en la cubierta de cuero, tal vez marcando el broche de oro a una noche de borrachera con los artistas cuyos nombres incluyó en las inscripciones. Estas guardas son una de las incursiones más atractivas de Gauguin en las artes decorativas y se mantuvieron prácticamente desconocidas hasta su venta en una subasta en París en el año 2000."

Portafolio de Paul Gauguin, Pont-Aven, 1894

Dos cubiertas interiores decoradas en acuarela, gouache, tizas y grafito; cubierta exterior encuadernada en cuero, inscrita con pluma y tinta; cada cubierta de dibujo 42,5 x 26,4 cm.

¡Hala! ya sabes qué hacer con ese viejo bolso pasado de moda ;-)