Me he acercado a uno de los multiples sitios donde Stefano Faravelli presentaba sus cuadernos, sus takwin, sus actos creativos, mas bien.
Independientemente del discreto misticismo, el buen hombre destilaba sosiego y buen dibujo... a ver si se me pega algo.
Esperando la hora, Stefano estaba dibujando en la calle Serrano, con más vergüenza que otra cosa, he pergeñado casi un garabato, al menos para acordarme de su paso por estos lares.
3 comentarios:
Felicidades por el dibujo (tan gestual y genial) y por atreverte, a mi me pudo la vergüenza y el respeto.
Juan, aunque suene repetitivo, tu estilo me encanta..este me recuerda a algún dibujante inglés de los 50..
jaja, gracias por los comentarios, yo soy de esta época, pero siempre he sido un desfasado y un irrespetuoso
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