Antes de comenzar la crónica de la jornada y para que no os engañéis con lo mucho que he mejorado, debéis saber que los dibujos que la ilustran no son míos, o no lo son todos. Los escaneamos con la intención de colgar una muestra de grupo… pero eso fue antes de pasarnos del dibujo con acuarela al dibujo con cerveza.
El día comenzó con un relajado y temprano desayuno que sirvió para que en unos minutos tuviera la sensación de reconocer a Gloria como parte de mi entorno cotidiano, aunque había llegado de Logroño con Javier la noche anterior. Javier –transformado en Blasman- ya había salvado para el recuerdo el encuentro con Jordi en la cocina.
Jordi y Gloria se encuentran en la cocina (Javier de Blas)
Alrededor de las nueve y media de la mañana, vino de La Rioja (polisémica frase) y se unió a la tertulia doméstica Javier Treviño. Ajenos al tiempo –el atmosférico y el del reloj- salimos hacia el punto de encuentro para llegar, después de comprar en un todoacién paraguas y chubasquero, en el momento justo en que Cesaraugusto saludaba a Clara y a Choni. Amparo, recién llegada de Teruel y Marta, nuestra gótica barroca, aparecieron enseguida. El azar y la lluvia nos llevaron al torreón de la Zuda, donde nos repartimos los cuatro puntos cardinales.
En el torreón de la Zuda (Gloria)
Desde el torreón de la Zuda y algo más (Javier Treviño)
Había dejado de llover. Paseamos por San Pablo con la intención de acompañar el dibujo con unas bolas de bacalao, pero el bar “Los tres hermanos” ha pasado a la historia sin documentos gráficos. Los duendes del dibujo nos llevaron hasta El Broquel y pusimos en práctica lo que ya parece el Primer Mandamiento de la Ley del Papel: “Dibujaos los unos a los otros”. Lo bueno de un grupo reducido es que cabe mejor en el cuaderno.
Gloria, Marta y Choni (Helena)
Clara y Javier Treviño en El Broquel (Helena)
Virginia y Amparo observan a Javier de Blas (Helena)
Dejamos plantada a Beatriz con el aperitivo preparado y fuimos a comer al Fenicia, un bar libanés donde conseguimos colonizar un par de mesas presionando a nuestras víctimas con los lapiceros. Dedicamos un rato a repasar ausencias, algunas -como la de Agnes y Pedro Luis- con justificante médico. Se unieron Marcos y Mariángeles que no vino al espectáculo de las cuatro de la tarde del Plata porque tenía que descansar un poco y preparar la sesión musical de la noche. También Clara y Choni, que andan enredadas con un taller para chavales, tuvieron que retirarse.
Choni, Virginia, Helena y Clara... o Amparo... o Javier... o... en El Broquel
A la derecha Marcos en el Fenicia (Gloria)
Helena, Mariángeles, Clara y un trocito de Amparo en el Fenicia (Javier de Blas)
La visita al Plata es un seguro de éxito. Nos divertimos todos, aunque sólo algunos se llevaron al cuaderno varios momentos estelares que espero que no tarden en regalarnos. Yo dejo aquí un botón de muestra de Amparo, que nos impresionó por la rapidez, la calidad y la calidez de sus dibujos.
El Plata. Sesión de sobremesa (Amparo)
Salimos del Plata exhaustos y decidimos descansar un poco. Mientras unos escaneábamos los dibujos, otros inmortalizaban algún rincón de la casa, tomaban té o recuperaban sueño para invertirlo en la sesión de noche.
Cosas imprescindibles de la casa (Marta Morty)
Nos reencontramos en el Medusa con Clara y el resto de la tropa para acudir al concierto de Gran Sol. Ya han aparecido estupendos testimonios gráficos, pero añado alguno propio y de Sandra Lee, una espontánea que controlaba la entrada y que se lo hubiera dibujado encima si no le dejamos el cuaderno. Aunque el sonido no acompañaba, el concierto estuvo genial.
Parte del grupo Gran Sol. Jesús Pastor al micro, Aitor con el bajo, Alfredo en el teclado
y unas rayitas que quieren ser David, en la batería (Helena)
¡Qué alegría encontrar a Carlos y Melany en el concierto! (Helena)
Un momento del concierto de Gran Sol (Sandra Lee)
Llegamos al Bohannon pasada la medianoche. Ya estaban allí Pablo y Manu, dos carretes sin hilo. Mariángeles, en su papel de Dj La Mejor, y su compañero de mesa musical Dj L. J., superaron todas nuestras previsiones. Nos movieron sin piedad. No tuve conciencia de mi estado etílico hasta la mañana siguiente, cuando, después de comerme un par de pendientes analgésicos, miré en mi cuaderno los últimos dibujos de la jornada.
Alvarito habla con un chico de rastas y esconde las suyas bajo la gorra. Conchi en la barra (Helena)
6 comentarios:
Buen trabajo Helena. DVcec La Mejor.
Las subo a scketchcrawl, pero me debéis una¡¡¡.
Alvarito está engraçado com um gorro gigante.
Joooodééééééééééé que despliegue!
Muy requetebién, una crónica expléndida con los dibujos de casi todos, una pasada, la historia contada por varios ojos. Cuando pienso que tuviera que hacer de cicerone como vosotras, se me ponen los pelos de punta. Me sentí fenomenal dibujando con vosotros. Oye, y gracias, nunca me habían dicho algo tan bonito.
Qué bonito reportaje! Sin él, el día no habría sido igual.
Helena, eres una estrella. Lo tomas todo para volver a darlo con creces.
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