Y cito a Juan José Gómez Molina:
Aprender a dibujar es como aprender a conducir un automóvil. Con unos elementos fundamentales, que se limitan a unas escasas operaciones gráficas, somos capaces de desplazarnos por un amplio panorama de lugares insospechados, relacionarnos con personas que ignorábamos y ver mundos que desconocíamos. (GÓMEZ MOLINA, J. J et al. El manual de dibujo. Estrategias de su enseñanza en el siglo XX. Madrid: Cátedra, 2001. p. 36)
Y cito a Oteiza:
... viejo escultor que está
embarazado como nunca
cargado de empresas estéticas,
pero hundido en estas calcinadas arenas
pendiente de esa línea fronteriza
y verdadera patria suya ...
(OTEIZA, J. Fragmento de una carta remitida a Luis Vallet. 7 de julio de 1956)
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| Esta mañana hemos tenido una entretenida sesión de clase virtual. |
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| Tengo suerte de jardín, caseto y cosa rara montada. Si el tiempo lo permite, difícil aquí, sacaré una hamaca para daros envidia. |
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| La olla exprés misteriosa que ha estado cuatro días en el muro. |
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| Mi cocina |
Boli y acuarela el primero, y gouache que tuve la suerte de agenciarme los siguientes: azul prusia, ocre amarillento, siena tostada. El azul prusia es especial pero hay que ser precavidos, ya que tiene demasiada capacidad de teñir, transparencia, más en gouache y óleo que en pastilla de acuarela. Por otro lado, el azul que ilumina Euskadi siempre fue un poco índigo, así que no deja de ser un falseo de realidades, aunque cada uno percibimos el color de una forma distinta.
Otra que me traje fueron óleos al agua, interesante invento al que intento acercarme con precaución, pero esos no son cuadernos y lo reservaré para otro espacio.
Poco a poco...
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