De Madrid al cuaderno

El sábado me acerqué a Madrid con ánimo de entregar los libros que me quedaban de los de por ahí. Aún me vine con algunos de vuelta a casa . También me vine de vuelta con muy buenas vibraciones y con la queja de no tener más tiempo para acudir más veces a los encuentros que se organizan por los madriles. Como mi ciudad de mis años de estudiante le tengo un cariño y un aprecio muy especial. Me tira mucho, aunque cada vez me acostumbro más a la tranquilidad de vivir en Zaragoza donde el tiempo se me estira más, y no se me apodera tanta distancia y tantas buenas ofertas. Me hubiera gustado estar con más gente, hablar más con todos los que acudieron a la llamada de Úrsula para hacernos con el templo de Debod y más, en nuestros cuadernos. Pero no se puede tener todo: familia, exposiciones, encuentros, amistades y dibujo entre metro y metro, dan lo que dan.

Fue un placer conocer a: Luis Serrano, Esperanza,  Ángel, Fernando e hija, y a Isabel, y ver los maravillosos dibujos de todos. Otro tanto de disfrutar con el hacer prodigioso y magistral de Joaquín. La emoción de reencontrarme con: Aurora,  Ana,  Alicia y Felipe,  y sobre todo -con igual aprecio a los demás-  con Jorge Arranz y Miguel Sanguino -es que el Canfranero une mucho...-.

Mi lema es: "ocasión para dibujar no hay que desaprovechar...", pero ante tanta buena compañía el contacto humano es prioritario. Madrid seguirá en su sitio, aunque yo en Madrid seguiré teniendo el tiempo justo para no llegar a hacer y ver todo lo que quisiera. 

El menú del día lo dibujó Marina