Aun me quedan por aquí, en el cuaderno, los últimos dibujos de este verano, los que hice a finales de Agosto en la playa de Chipiona donde a veces mojo el culo con otros tantos sevillanos como yo que nos hemos apropiado de este pequeño pueblecillo gaditano y conseguimos que multiplique por cinco su población durante los meses de verano.
Con esta invasión masiva conseguimos sentirnos como en casa: El primero que llega la playa planta sus bártulos cerca de la orilla y el siguiente coloca la sombrilla a un metro del primero, aunque tenga toda la playa vacía...
Por la necesidad de sentir calor humano, creo yo.
Se forman nuevas familias, barriadas, vecindarios...
Una estampa inconfundible.
Hacemos comentarios sobre todo lo que pasa. Yo misma cuento mi vida a desconocidos y opino sobre las suyas sin pudor ni vergüenza.
La antítesis absoluta de Copacabana: cuerpos robustos, barrigas infinitas alimentadas a conciencia a base de grasas y cerveza. Ballenas y cachalotes pueblan el lugar.
La gente aborda el carrito de los pasteles que visita la playa cada tarde como las tortugas cuando nacen y corren derechas hacia el mar... A por la cuña de chocolate y los piononos.
No hay tiempo que perder.
Me encanta dibujar en esta playa porque aunque no me muevo de mi silla todo alrededor va cambiando cada dos minutos.
Desde mi vuelta al cole, casi que estoy echando de menos todo esto.
5 comentarios:
En directo son mejores estos soberbios dibujos de días al sol. La entrada no tiene desperdicio. Buenísimas... como tú.
Cada vez mejor y mejor. Que poderío.
Buaaaaa! Yo no quiero volver al coleeee! Con lo bien que estariamos de chipiona-sketchers ...
Estupendos, como todos. Y los comentarios no tienen desperdicio XD
Inma que saudades!!!
tus colores son precisas e los dibujos también, besicos de Portugal
Me vuelven loca tus chachas y maromos chipioneros... ¡Supremo!
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