Dibujar lo pequeño como lo grande. Cambiar la escala y
entregarse a la humildad de una charca levantina como quien descubre un mar.
¿Por qué no probar? ¡Hay que ver cuánto sucede durante dos horas y media en una
minúscula poza de rambla!
Descubrir, al fin, que Kenneth Grahame sigue en el charquito
de mi subconsciente y que no hago sino dibujar el mapa de “El viento en los
pinos” que no el de sus sauces: No vino Mr. Toad de Toad Hall, pero tuve a
Doña Rana del Barranco de la
Hoya del Manco mirándome un buen rato mientras braceaba... Minucias, las de un
forastero en Ayora.
11 comentarios:
Mágico, que mágico, sublime Maestro. Grande!
De "minucias" tus dibujos tienen poco, porque son espectaculares
(aunque sigo pensando que el el boli que tiene truco y está "enseñao" :P )
Doctor Urumo, supongo?
Antonio Maestro Magaz ¡¡¡ Buha.....¡¡ y yo haciendo mapitas del triangulo del Santo Grial ¡¡¡¡¡¡ Pedazo Trozo de Cacho de mapa ¡¡ Gamberro ¡¡¡
Me gusta más el planteamiento del dibujo que el propio dibujo que por otro lado es espectacular
De lo bello a lo sublime,
Pasada de las buenas!!!
Ya te han dicho todo, para mi eres buenísimo haciendo cuadernos de viaje. !felicidades.
Me inspira esta cartografia de una charca, es espectacular el concepto, independientemente de tu técnica de la que estás sobrado!
Los anteriores comentarios me han "robado" calificativos, aunque ayer tarde, de palabra y tomando una caña, se nos hizo la boca agua hablando de tus dibujos. ¡Qué suerte tenemos de que nos los enseñes!
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