VIENA.

Bueno chikos, no me lo tengáis en cuenta.

La verdad es que este curso, que por fin parece que ya termina, ha marcado una de esas etapas que luego, con el paso del tiempo y desde la perspectiva que te da la distancia, y de alguna forma la vida misma, posee el, a veces, dudoso honor de estar atiborrado de eso que podríamos llamar "Puntos de Inflexión", esas muescas en la culata que no hacen sino resaltar momentos inolvidables en el irremediablemente devenir de los dias.

Como he comentado en mi blog, no voy a prometer nada. Ya me estiró alguno las orejas hace un tiempo. Perdón. Solo puedo decir que me pasaré en cuanto pueda. Me he asomado por aquí, casi sin abrir la puerta, durante estos últimos meses. Jodíos: ¡Cada vez lo hacéis mejor!

Y para esta reentré os enseño unos apuntes que he hecho de Viena, sobre fotos de hace cuatro años cuando iba con bastante frecuencia. Kalrskirchey el Pratter.

Schmincke sobre papel sin pedigrí, vamos, de ese que no conoce ni su padre.