OCASIÓN PARA DIBUJAR NO HAY QUE DESAPROVECHAR: O lo que es lo mismo: de la Arquitectura de Moneo, al Ballet de Victor Ullate.

Hemos tenido una semana de vértigo: 50 páginas dibujadas, además de los demás quehaceres.
Así que voy a empezar por el final, y el resto de la semana os la contaré poco a poco.

Ayer sábado 23 habíamos quedado a dibujar en el Centro comercial Aragonia la exposición de Moneo, y a partir de ahí:...escaparates, exteriores, gente, amigos...Como ya os ha adelantado Antonio estuvimos estupendamente en una sesión de dibujo relajada y bien documentada gracias a la presentación que nos bridaron. Hay que agradecer la atención que se nos dió y el buen rato que pasamos, y que esperamos volver a tener.

 Pero el viernes me llegó la invitación (-previa petición- por parte del Teatro Principal gracias a su excelente Director Rafael Campos), de dibujar el ensayo de la Compañía de Ballet de Victor Ullate. Hay ocasiones que son sí o sí, y los escaparates de Aragonia seguirán ahí, y volveremos a dibujárnoslos otro día, porque la verdad que estaban apetitósamente primaverales para encajarlos en nuestros cuadernos y llenárnoslos de color y formas. ¡Qué buenos escaparatistas tenemos por ahí!. Pero El Principal es el Principal. El ballet es el ballet. Ullate es Ullate, y siguiendo el lema de esta era cuadernícola: OCASIÓN PARA DIBUJAR NO HAY QUE DESAPROVECHAR... en un sprint por Zaragoza,  con tranvía y vermut incluido, ahí estuvimos a las 14h. en la puerta del Principal, donde nos esperaba impaciente Rafael y tras atravesar las bambalinas y adoptando compostura monacal entramos en el templo de la música y la escena. Nos encontramos a un montón de bailarines ejercitándose con música en directo. Parecía un encantamiento, y aunque la tarea se presentaba sugerente y ardua, no tardó la música en atraparme el boli y mover mi trazo por el papel. Era tal la sinestesia creada que me negué a interrumpirla, ni siquiera para sacar las acuarelas u otra técnica. El Bic iba sólo y yo quería quedarme con todos los bailarines y sus movimientos dentro de mis cuadernos. ¡Ya le pondría color en casa!, así lo he hecho. ¡Qué gozada!. 

Entre la veintena de dibujantes estaban tres alumnos míos: Mikel y Rubén que tienen a bien pasarse por aquí y que espero que no tarden en enseñar sus dibujos, e Islena, que un día me preguntó en clase: - Clara, ¿Cómo se dibuja el movimiento?, ¿cómo se dibuja una figura que no para?, ¿cómo lo haces tú?. 

 Yo le contesté: -...dibujando.
Ayer creo que entendió perfectamente el significado de ese...dibujando. Desde luego sus trabajos y los de sus compañeros, han sobrepasado mi...dibujando...

No os canso más, que ya os van a cansar mis dibujos. Espero que haya más ocasiones como estas, diría que incluso mejores, pero creo que eso sería muy difícil.

Gracias a la Compañía, gracias al Principal, y sobre todo gracias a Rafael que nos ha regalado este momentazo que no se nos va olvidar nunca. Al que seguro que no se le olvida es al pequeño Fernando Abadía -seguro que a su padre tampoco- que antes de entrar tenía miedo a aburrirse, miedo a lo desconocido y cuando acabó la clase le brillaban de entusiasmo, tras sus gafas,  sus cristalinos ojos azules y mostraba orgulloso su espectacular dibujo, digno de un esmerado dibujante o un joven genio.